anto

lunes, 8 de noviembre de 2010

Días de noviembre




Inmensa y sabia estructura de nuestro tiempo en soledad
Liviana y sabrosa enseñanza cuando tus ojos han de parpadear
Mar enamorado de nuestras huellas que tatuaron la estirpe de nuestro amor
Fruncida la mañana templada al despertar en rededores perfumados por el alto de tu cerro
Viaje endulzado por recuerdos de nuestra infancia que hoy nos unen en madures
Sueños realizados por tu cansancio y tu destreza facial
Sueños y visiones que no se cansan de admirar la naturaleza única al despertar
Sobre cerros de porcelana
Sobre el mar sobre su fama
San Sebastián me perteneces como su forma de hablar
San Sebastián te pertenezco como mi boca en su paladar
Caminos fomentados por nuestro miedo y rogando que estén dispuestos
Senderos sin luz que mostraban nuestro cuerpo en relieve y sin sombra
Luces artificiales inquietan nuestros pasos sin fronteras, sin límites
Primavera bajo una nevera nos congela en tempestad
Verano sobre un fulano que transpira tranquilidad
Y muero conmocionado por tu encanto al sollozar
Gracias a la tierra por dejarme tus pasos besar y recorrer
Gracias a tu encanto cuando me transporto y me dejo caer
Sobre tu estampa naciente y repleta de saber
Sobre tu mente enfriada por el quisco de tu ser
Secuencia ilustrada por pasos que se desencadenan con el tiempo en rémora
Gracias a tu luz que me duerme sin compases ni titubeos
Fin de semana titánico y magnánimo
Fin de semana bordado por nuestras palmas que unidas se entrelazan con sereno calor
Aire desquiciado nos alimenta en candente resonancia y ligera admiración