anto

jueves, 21 de octubre de 2010

Infidelidad platónica

Entonces desaparezco de su corazón extraviado por el deseo virtual
Entonces me vuelvo invisible ante sus ojos perdidos por su obvia distracción
Entonces dejo de existir y soy remplazado por un cuerpo trabajado y vigoroso que lo insita a apartarme de su fuego
Será que mi encanto es nulo ante la pantalla del boyerismo solitario
Debe ser por que mi fealdad no cubre sus deseos por ver hombres que se acicalan con aparatos descomunales y furiosos
Debo callar el dolor de sentirme engañado por una pantalla y su cruda realidad que me obliga a caer en desilusión
Debo morir entonces para dejar que se divierta con el sonido de otros cuerpos en candela y que lo llaman a tocarse con un placer que desconozco y que lamento
Debo talvez dar marcha atrás y permitir que goce con sus ojos rojos por el color de un monitor que le habla y lo estimula
Debo callar la poesía que se torna artificial y fría
Entonces lloro en cautiverio rezando por el regreso de su voz calmada que en momentos cubre mis deseos por su latente fervor
Perdido entre espinas me siento ido pues no me desea más que una imagen en movimiento
Lo amo con tan imputrescible coraje que por momentos me asfixio en un universo que destaca fronteras creadas por su infidelidad
Lo amo con tan celestial y puro sentimiento que lloro solo con saber que me cambia por la intangible autosatisfacíon que me dirige a un abismo de fealdad en el que nado melancólico por ser menos que un aparato quieto y helado
Lo amo con tan desesperada realidad que le entrego mis ojos para que con ellos pueda ver como llora mi alma
Te espero aquí distraído por el desconcierto enlatado en un cubo de información que entrega calor ficticio y que lo aleja de mis fluidos enamorados
Te espero aquí conciente de un final propagado por el maldito mundo de una constelación cibernética nefastamente retórica y subversiva.